Hola! Soy Ingrid. Nací en Buenos Aires un 24 de diciembre de 1986. Sí. Noche Buena, Navidad.
Con mamá cordobesa, gran repostera (riquísimo todo), y papá alemán, un gran genio matemático (disciplina que claramente no heredé).
Crecí y pasé mi infancia entre la ciudad de Bs.As. y larguísimas temporadas de verano en Córdoba en el medio del campo. Compartiendo cada instante junto a mis queridísimos hermanos, Günther y Astrid. Así, con nombres de cuento.
Mi niñez no hubiera sido tan genial sin ellos. Con ellos fui descubriendo esas incipientes ganas por compartir y transmitir. De chicos inventábamos miles de juegos. Y claro, yo era la que mandaba y dirigía la batuta. Porque era la mayor… pero también porque me encantaba hacerlo! Ya estaba en mi sangre. Esas ganas de crear, hacer y autogestionar.
Desde chica que disfrutaba de crear cosas con mis manos. Me gustaba hacer regalos elaborados por mí y empaquetados por mi también! Ese detallecito hermoso lo heredé de mi madre, quien amaba hacer paquetitos de chica. Intentaba tener en cuenta cada detalle. Y de esa forma sentía que regalaba y esparcía amor. La idea de que otro recibiría algo hecho por mí me llenaba de alegría, ilusión y entusiasmo… y ganas de seguir creando. Como un círculo vicioso que se retroalimenta.
Y así, siempre muy observadora y atenta, iba incorporando y aprendiendo un poco de todo. Por supuesto que mis hermanos no se libraban de ésta. Los obligaba a ser mis “alumnos” y así yo podía jugar a ser la “adulta” y desplegar todos mis conocimientos.
Siempre iba haciendo cositas. Pero no todas esas cositas eran regalos. Muchísimas de mis producciones, de mis creaciones, mis dibujos, mis escritos, me los guardaba para mi, dentro de algún cuaderno que guardaba en un cajón. Con vergüenza para que nadie me dijera nada por las dudas.
Luego con el tiempo descubrí que mi madre escondía un gran don. Y es que ella es buenísima dibujando, pintando y creando cosas. Recuerdo que nos hacía las mejores carpetas y carátulas, pintadas a mano por ella, para el jardín y para el colegio. Eran trabajos fabulosos. Y a ella le salía así, natural. Y con los años comprendí esa carga genética y ese bichito que me picaba y esa meticulosidad tenían un origen.
Luego, en mi adolescencia decidí estudiar la carrera de Psicología. Me formé en Lic. En Psicología en la Universidad de Buenos Aires, UBA. (2005-2012). Esta carrera me cambió la vida y sin dudas abrió mi mente de una manera sin igual. Me situó en un lugar de conciencia plena para mis futuras elecciones y decisiones. Emprendí un recorrido de identificación a las psicoterapias y terapias alternativas. Investigué nuevas formas y modos de trabajo. Sin dejar de lado la medicina/filosofía oriental. También incorporando el yoga y trabajos de meditación como medios de abordar al sujeto en sus procesos de autoconocimiento y toma de conciencia. Como caminos a la introspección y sanación del individuo. Para abrir espacios de reflexión y promover el pensamiento crítico.
En el 2012 decidí hacer un viaje. Crucial y revelador en muchos aspectos para todo lo que vendría luego. Fue en ese viaje que quedé impactada y enamorada de tanta belleza que emanaba la ciudad de Barcelona. Casualmente el lugar de nacimiento de mi papá. Y me dije a mi misma que algún día volvería y viviría allí a como de lugar. Pero sólo el tiempo lo iba a determinar.
Ya de vuelta en Bs.As., finalmente decidí tomar coraje y dedicarme al ARTE. Que siempre estuvo en mi corazón latiendo. Necesitaba hacerlo. Me animé a mostrar aquellos primeros cuadernos que cargaba de niña y comparar con mis nuevas formas. Porque nunca dejé de pintar ni de crear en todas sus manifestaciones posibles. Amaba hacer collages por ejemplo. Me empezó a gustar a compartir mis creaciones. Dejar que los otros me dieran una devolución. Invitar al otro a volar en ese proceso, de dejarse llevar, de conectar consigo mismo. Y fue en ese momento que se hizo clarísimo para mi el lazo inquebrantable entre el arte y la psicología. Comprendí que el arte y la psicología van de la mano. El arte es uno de los grandes caminos a la sanación. Estaba en el camino indicado. Ahí voy yo. El camino de la arteterapia.
Comencé por aquellos años a empaparme y nutrirme de todo conocimiento en disciplinas y actividades artísticas. Quería aprender y conocer. Si hay algo que nunca faltó en mi como motor y motivación es la curiosidad. La curiosidad me impulsó a ser una persona sumamente autodidacta. Tomé varios cursos y clases de aquí y de allí. Y fue precisamente en este tiempo que quise hacer un curso de encuadernación. Porque yo siempre fui amante de los cuadernos y del papel, y del olor a papel. No olvidaré jamás ese día. Pues fue el primero de miles y miles de cuadernos que luego haría yo misma y que podría regalar y llegar a muchísimas personas. Se despertó entonces una gran pasión por la encuadernación. Muchísimos cursos y preparación de por medio, por supuesto, para aprender este maravilloso oficio, de infinitas posibilidades. Siempre buscando perfeccionarme a cada momento y evolucionar en mi trabajo de la mejor manera.
En agosto de 2013 nace Amor Amarelo. Comenzó una etapa de puro crecimiento y movimiento constante. Decidí embarcarme y navegar en este proyecto de AMOR que sin imaginarlo fue creciendo en el tiempo, día a día.
Como soy un alma viajera e inquieta, deslumbrada por la inmensidad del mundo y de este Universo, en el 2015 me mudé a Brasil y viví 2 maravillosos años en la ciudad de Rio de Janeiro. Bueno, y unos meses en Sao Paulo importantísimos por los vínculos que generé. El amor se estaba expandiendo y llegando a nuevos mundos y posibilidades.
De aquí en adelante comenzó para mi una nueva fase de crecimiento como artista. Estudié, exploré e incorporé nuevas técnicas: design de superficies, patterns, serigrafía, grabado, ilustración, estampa, sellos, enmarcado, cerámica y porcelana.
Con todo lo aprendido y adquirido en este camino de aprendizaje artístico, fui sintiendo cada vez más la necesidad de crear objetos únicos. Quise hacer de mis cuadernos piezas únicas y exclusivas. Que llevaran impresas mis huellas, mis marcas, mi inspiración y mi energía creativa. Pues es la manera de expresarme que tengo y de invitar a los otros a expresarse. Porque para mi un cuaderno es eso. Es el lugar más íntimo que creamos a cada instante al pasar de hoja en hoja.
Y hoy, siendo 2018, creando esta página como espacio virtual de intercambio, mudada nuevamente y ya instalada esta vez en Barcelona, cumpliendo aquel sueño, puedo decir que soy feliz creando, imaginando, pintando, dibujando, diseñando, eligiendo colores y formas, brindando la posibilidad de narrar historias, aventuras, viajes, ideas, deseos, sueños, dibujos, fotos, canciones, recetas e infinidad de proyectos. De permitirnos expresarnos, liberarnos y SENTIR. Soy feliz al poder transmitir algo de mi amor a cada uno de ustedes y a cada SER que así lo sienta. Soy feliz al sentir que trabajo con el alma. Cada cuaderno es único, todo pensado y confeccionado a mano con mucho cuidado, dedicación y amor. Cada cuaderno es una parte mía, un momento que llega a ustedes esperando a mantenerlos en MOVIMIENTO, creando TRANSFORMACION. Cada cuaderno es un comienzo y cada hoja en blanco el punto de partida. Porque siempre hay una nueva OPORTUNIDAD.
@soyamoramarelo, una mujer emprendedora en búsqueda de la expansión, que va y viene, y viaja y viaja, y le gusta explorar el mundo y por sobre todas las cosas seguir los propios instintos e impulsos. Que se deja inspirar por cada detalle que nos presenta la vida. Que se deja inspirar por la maravilla que nos regala la naturaleza y todos sus elementos: el agua, el fuego, la tierra y el aire. Que se deja inspirar por la magia del Universos, el Cosmos y sus infinitas formas y figuras. Que se deja inspirar en el contacto entre los seres humanos, en la interacción y el (no)lenguaje. Que se deja inspirar en la impermanencia de la vida.
El amor y el arte crean pasos que transforman donde sea que vayamos. Me gusta crear y hacer arte donde sea que voy pisando. Porque estoy convencida de que el arte puede dar esperanza, felicidad, inspiración e iluminación. Es super fascinante.
Es parte de mi trabajo poder transmitir un poco de todo esto. A través del arte y la creatividad poder inventar, experimentar, crecer, tomar riesgos, romper las reglas, cometer errores y divertirse. Y claro, VIVIR LA VIDA.
Y no se olviden que el ARTE-SANA.
Ingrid Paul
“La razón puede darnos la ciencia, pero sólo el inconsciente puede producir arte”.
Con mamá cordobesa, gran repostera (riquísimo todo), y papá alemán, un gran genio matemático (disciplina que claramente no heredé).
Crecí y pasé mi infancia entre la ciudad de Bs.As. y larguísimas temporadas de verano en Córdoba en el medio del campo. Compartiendo cada instante junto a mis queridísimos hermanos, Günther y Astrid. Así, con nombres de cuento.
Mi niñez no hubiera sido tan genial sin ellos. Con ellos fui descubriendo esas incipientes ganas por compartir y transmitir. De chicos inventábamos miles de juegos. Y claro, yo era la que mandaba y dirigía la batuta. Porque era la mayor… pero también porque me encantaba hacerlo! Ya estaba en mi sangre. Esas ganas de crear, hacer y autogestionar.
Desde chica que disfrutaba de crear cosas con mis manos. Me gustaba hacer regalos elaborados por mí y empaquetados por mi también! Ese detallecito hermoso lo heredé de mi madre, quien amaba hacer paquetitos de chica. Intentaba tener en cuenta cada detalle. Y de esa forma sentía que regalaba y esparcía amor. La idea de que otro recibiría algo hecho por mí me llenaba de alegría, ilusión y entusiasmo… y ganas de seguir creando. Como un círculo vicioso que se retroalimenta.
Siempre iba haciendo cositas. Pero no todas esas cositas eran regalos. Muchísimas de mis producciones, de mis creaciones, mis dibujos, mis escritos, me los guardaba para mi, dentro de algún cuaderno que guardaba en un cajón. Con vergüenza para que nadie me dijera nada por las dudas.
Luego con el tiempo descubrí que mi madre escondía un gran don. Y es que ella es buenísima dibujando, pintando y creando cosas. Recuerdo que nos hacía las mejores carpetas y carátulas, pintadas a mano por ella, para el jardín y para el colegio. Eran trabajos fabulosos. Y a ella le salía así, natural. Y con los años comprendí esa carga genética y ese bichito que me picaba y esa meticulosidad tenían un origen.
En el 2012 decidí hacer un viaje. Crucial y revelador en muchos aspectos para todo lo que vendría luego. Fue en ese viaje que quedé impactada y enamorada de tanta belleza que emanaba la ciudad de Barcelona. Casualmente el lugar de nacimiento de mi papá. Y me dije a mi misma que algún día volvería y viviría allí a como de lugar. Pero sólo el tiempo lo iba a determinar.
Comencé por aquellos años a empaparme y nutrirme de todo conocimiento en disciplinas y actividades artísticas. Quería aprender y conocer. Si hay algo que nunca faltó en mi como motor y motivación es la curiosidad. La curiosidad me impulsó a ser una persona sumamente autodidacta. Tomé varios cursos y clases de aquí y de allí. Y fue precisamente en este tiempo que quise hacer un curso de encuadernación. Porque yo siempre fui amante de los cuadernos y del papel, y del olor a papel. No olvidaré jamás ese día. Pues fue el primero de miles y miles de cuadernos que luego haría yo misma y que podría regalar y llegar a muchísimas personas. Se despertó entonces una gran pasión por la encuadernación. Muchísimos cursos y preparación de por medio, por supuesto, para aprender este maravilloso oficio, de infinitas posibilidades. Siempre buscando perfeccionarme a cada momento y evolucionar en mi trabajo de la mejor manera.
Como soy un alma viajera e inquieta, deslumbrada por la inmensidad del mundo y de este Universo, en el 2015 me mudé a Brasil y viví 2 maravillosos años en la ciudad de Rio de Janeiro. Bueno, y unos meses en Sao Paulo importantísimos por los vínculos que generé. El amor se estaba expandiendo y llegando a nuevos mundos y posibilidades.
De aquí en adelante comenzó para mi una nueva fase de crecimiento como artista. Estudié, exploré e incorporé nuevas técnicas: design de superficies, patterns, serigrafía, grabado, ilustración, estampa, sellos, enmarcado, cerámica y porcelana.
Con todo lo aprendido y adquirido en este camino de aprendizaje artístico, fui sintiendo cada vez más la necesidad de crear objetos únicos. Quise hacer de mis cuadernos piezas únicas y exclusivas. Que llevaran impresas mis huellas, mis marcas, mi inspiración y mi energía creativa. Pues es la manera de expresarme que tengo y de invitar a los otros a expresarse. Porque para mi un cuaderno es eso. Es el lugar más íntimo que creamos a cada instante al pasar de hoja en hoja.
El amor y el arte crean pasos que transforman donde sea que vayamos. Me gusta crear y hacer arte donde sea que voy pisando. Porque estoy convencida de que el arte puede dar esperanza, felicidad, inspiración e iluminación. Es super fascinante.
Es parte de mi trabajo poder transmitir un poco de todo esto. A través del arte y la creatividad poder inventar, experimentar, crecer, tomar riesgos, romper las reglas, cometer errores y divertirse. Y claro, VIVIR LA VIDA.
Y no se olviden que el ARTE-SANA.
Ingrid Paul
“La razón puede darnos la ciencia, pero sólo el inconsciente puede producir arte”.